Este domingo es el día de la madre , así que ya tenemos la excusa ideal para preparar esta fabulosa tarta red velvet con la que conquistarás a mamá y a toda la familia ;-)
Esta tarta es un bellezón, el contraste del bizcocho rojo con el buttercream blanco es divino, además está riquísima y suave como el terciopelo. Lo mejor es cubrirla bien con la buttercream para que ese color rojo intenso que la caracteriza sea toda una sorpresa en el momento de cortarla. Se quedarán todos alucinados con tu tarta :-D
Prepararla es bastante más sencillo de lo que parece. No usamos levadura, la clave de su sabor y textura suave está en el buttermilk (leche con limón), el vinagre y el bicarbonato que reaccionan químicamente reforzando el sabor del cacao y dejando una textura muy suave, de terciopelo. No te preocupes, la tarta no va a saber a vinagre ni a nada raro ;-)
Y para que quede así de roja y de bonita la clave está en utilizar un colorante rojo potente. Olvídate de hacerla con los colorantes que suelen vender en el súper, sólo conseguirás un bizcocho de color marrón raro. Necesitas un colorante específico de respostería. Yo utilicé el C101 Red Extra de la marca Sugarflair. Puedes comprarlo aquí o aquí o también aquí. O en cualquier tienda de productos de respotería, cupcakes, etc. Cuando añadas el colorante a la masa, ésta debe tintarse completamente de rojo. El color que tenga la masa es el color que tendrá el bizcocho.
Hornearemos 2 bizcochos. Si sólo tienes un molde (que es lo habitual) puedes hornear uno, esperar a que se enfríe para desmoldar, y hornear el segundo. Otra opción más práctica es utilizar moldes desechables de aluminio, y así puedes hornealos a la vez.
Y prepararemos buttercream, mucha mucha buttercream de vainilla, para rellenar la tarta y también para cubrirla y que su secreto rojo no se descubra hasta el último momento.
¡A disfrutarla y feliz día a todas las mamás!